Londres, 25 abr (Prensa Latina) Polémico, creativo e innovador, y desde hace mucho considerado uno de los mejores directores de cine de todos los tiempos, Stanley Kubrick está hoy de nuevo en Londres, donde concibió y filmó la mayoría de sus películas.
Kubrick (1928-1999) llega de la mano del Museo del Diseño, donde a partir de mañana quedará abierta al público una exposición que incluye objetos, fotografías, libretos, y hasta las claquetas utilizadas por el cineasta estadounidense en el rodaje de películas de culto como 2001: Una odisea del espacio, La naranja mecánica y Nacido para matar.
De su preocupación por los detalles puede hablar con conocimiento de causa su productor ejecutivo Jan Harlan, quien en un encuentro con la prensa este jueves en el Design Museum aseguró que siempre era el último en quedar satisfecho.
De su lado, Katharina Kubrick refrendó los comentarios de Harlan, y señaló que su padre siempre trabajó muy duro en cada una de sus películas.
La muestra dedica amplios espacios a las películas más icónicas de Kubrick, quien incursionó con éxito en todos los géneros, desde el horror, con El resplandor, la ciencia ficción (2001: Una odisea…) y el erotismo de Lolita, hasta la violencia misógina de La naranja mecánica y la guerra (Nacido para matar).
Al inicio del recorrido, el visitante se entera de su pasión por el ajedrez, de que antes de convertirse en director de cine fue fotógrafo de la revista Look, además de que puede observar además tras un cristal la estatuilla dorada del único Oscar que le entregó Hollywood, pese que obtuvo muchas nominaciones más a lo largo de su prolífica carrera.
También están la silla desde donde dirigía, las cámaras que uso, libretos con apuntes de su puño y letra, y hasta el audio de una entrevista que concedió en 1965, además de los trajes romanos usados en Espartaco, la única concesión que le hizo a la industria hollywoodense, y que el mismo calificó como un filme que no había podido controlar.
Está el casco usado por el protagonista de Nacido para matar, cuya inscripción que da nombre a la cinta en español junto al símbolo de paz de los hippies, constituye de una incongruencia en una película ya de por sí incongruente, y donde los soldados son al mismo tiempo asesinos y víctimas.
Sorprende asimismo conocer que esa película sobre la guerra de Vietnam se filmó en una antigua planta de gas del este de Londres, que el ingenio y la meticulosidad de Kubrick logró convertir en un campo de batalla, con armas y helicópteros acopiados desde diferentes países.
Tampoco se movió de Londres para filmar Ojos bien cerrados, el filme protagonizado por Tom Cruise y Nicole Kidman y que se desarrolla en una Manhattan que el ingenioso director logró recrear en la capital británica, según prueban las fotos que se exhiben en el Museo del Diseño.
Por último, toda una sala dedicada a 2001: Odisea del espacio, considerada su película más famosa, y la más exigente desde el punto de vista técnico, y donde se exhiben desde el traje del primate de la secuencia inicial hasta la maqueta de la nave espacial.
Recomendada por Steven Spielberg a todos los directores y cinéfilos que deseen comprender y experimentar la forma en que Stanley Kubrick creo esos mundos inolvidables, la exposición para conmemorar los 20 años de la muerte del cineasta estará abierta hasta el 15 de septiembre próximo.